Comprar un dominio

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  Comprar un dominio es un paso clave en la digitalización de tu empresa. Una inversión para cualquier negocio que desee obtener visibilidad y beneficios en Internet.   Registrar un dominio es también una garantía de seguridad para cualquier negocio, más allá de las ventajas de visibilidad en los buscadores. Es lo primero que debes hacer para mejorar o consolidar tu presencia en internet. Expresado de forma simple, el nombre de dominio o dominio es el nombre de un sitio web, el texto que leemos después de "@" en una cuenta de correo o de "www." en una dirección web.   El nombre de tu dominio será aquello que le dirás a cualquiera que te pregunte sobre cómo encontrarte en la red. ¿Quién puede registrar un dominio? Cualquier persona puede comprar un nombre de dominio acudiendo a un registrador de dominios. Tan solo hace falta buscar un nombre que esté disponible y pagar una cantidad por el registro del dominio. Podemos elegir entre varias terminaciones de dominio (TLD

Aumenta la conversión de tu página

Medir es fundamental.  Es algo que debemos hacer no solo para saber lo que pasa en nuestra web sino para mejorarla paulatinamente. 

En cualquier caso, en la etapa de desarrollo de nuestro proyecto, antes de obsesionarnos con las mediciones, deberíamos aplicar recetas tan sencillas como estas:   






Diseño: aunque el aspecto visual no debería condicionar la usabilidad ni accesibilidad de nuestra web, muchos usuarios asocian “diseño bonito” a portal de calidad, un portal que genera confianza.

Ortografía: Un sitio web plagado de errores ortográficos transmite mala calidad, mal servicio y falta de confianza. A veces hay que pensar más en lo que ahuyenta a los usuarios que en los elementos que los motivan a comprar en nuestra web. Generar confianza es un factor imprescindible si queremos tener éxito en Internet.

Rapidez: Los usuarios de Internet no suelen tener demasiada paciencia para esperar mucho tiempo a que cargue el contenido de nuestra web.

Actualización: En el mundo offline, una tienda que no cambie nunca su escaparate genera una impresión de desatención y poca calidad. Los portales que no suelen actualizar su contenido generan desconfianza y esto va en detrimento de su porcentaje de conversión.

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